Mi opinión
como fan de series de TV, no experto critico, usando 4 estilos de puntuación:
☆☆☆☆-----Perfecta------- 10/10------No te la pierdas.
Pretty Little Liars o Lindas Mentirosas como se
le conoció en esta parte de América a esta extraordinaria aunque
aparentemente simplona teleserie juvenil de drama-suspenso-misterio-romance y terror, es sin
duda algo muy sorprendente de ver aun siendo tan sutil y hasta lenta en
algunas ocasiones con respecto al desarrollo de su historia y suspenso, pero
siempre, SIEMPRE manteniendo su gran toque de misterio y suspenso y a veces
terror... ¿Quién necesita una vida tranquila cuando puedes tener secretos oscuros, amigas traicioneras y una identidad secreta que acecha desde las sombras? Pretty Little Liars / Lindas Mentirosas es la serie que redefine el concepto de amistad… y de paranoia.
Y es que Pretty Little Liars (por ratos algo o bastante lenta durante su primer temporada) es como ese amigo que siempre llega tarde, pero cuando lo hace, trae las mejores historias. Es impredecible, intrigante y, sobre todo, adictiva. Si buscas una serie que te haga decir "¿en serio?", esta es tu elección... Y te aseguro que en serio diras "¿en serio?" con esta truculenta serie de TV...
...Ya que a simple vista, Pretty Little Liars parece una típica serie adolescente: chicas lindas, dramas de secundaria, romances imposibles. Pero si miras con atención —y deberías hacerlo— vas a descubrir que debajo de todo ese gloss y outfits impecables hay un universo oscuro, retorcido y adictivamente enfermizo.
Porque sí, esta serie tiene de todo: intenso misterio y suspenso, drama, terror suave, a veces no tan suave, romance intenso... y un acosador anónimo que no le da respiro ni al espectador. "A" lo sabe todo, lo ve todo, y está dispuesto a hacerles pagar cada mentira, cada secreto y cada traición. ¿Y sabes qué? Lo hace con estilo.
La premisa es simple: Alison, la abeja reina del club de las populares, desaparece. Un año después, sus cuatro exmejores amigas —Aria, Spencer, Hanna y Emily— empiezan a recibir mensajes firmados por "A", alguien que sabe demasiado. Y cuando digo demasiado, me refiero a secretos que ni en terapia grupal se animarían a decir en voz alta. Y comienza a chantajearlas y asustarlas para que hagan cosas turbias.
Lo brillante (y macabro) de esta serie es su capacidad para envolver lo siniestro en papel brillante. Lo enfermo, lo perturbador, lo cruel, está ahí… pero envuelto en luces de neón, cupcakes y adolescentes perfectamente maquilladas e impecablemente vestidas. Como ese capítulo de Halloween de la primera temporada, que es básicamente un resumen de todo lo que está mal y enfermo: fiestas, máscaras, flashbacks, y la primera aparición escalofriante de “A”.
Y no es sólo una cuestión de sustos. Hay contenido serio disfrazado de melodrama y suspenso: relaciones inapropiadas (hola, Aria y su profe), orientaciones sexuales exploradas bajo presión (Emily y sus vaivenes de parejas), violencia psicológica, acoso en multiples niveles, traumas familiares... Pero todo con esa suavidad pop que lo hace aún más inquietante. Te lo juro, hay escenas que te dejan helado no por lo explícito, sino por lo sutil.
A medida que pasan las temporadas (¡siete, ni más ni menos! ¡y de 22 capitulos cada una!), la historia se vuelve más compleja y más oscura. Lo que empieza como un juego de "¿quién es A?" se transforma en una telaraña de identidades múltiples, traiciones internas, amenazas externas y giros argumentales dignos de Hitchcock… con referencias explícitas a Psycho / Psicosis incluidas. Asi como a peliculas de antaño de terror como Terror Train.
Y cuando piensas que todo se resolvió, ¡boom! Llega “AD” en la septima temporada, y entiendes que Rosewood es básicamente un campo minado de psicópatas bien vestidos.
Lo más perturbador es que casi todo lo que ocurre está protagonizado por adolescentes. No adultos en crisis, no mafiosos experimentados. No. Chicas y chicos de secundaria. Y eso lo hace todo mucho más retorcido. Porque estas y estos adolescentes no solo mienten, manipulan y esconden secretos: también enfrentan a gente capaz de matarlos mientras les sonrien.
Eso sí, no todo es tragedia: el vestuario es impecable, las referencias pop deliciosas, y los momentos de tensión están tan bien dosificados que te mantienen enganchado incluso cuando nada parece pasar (spoiler: siempre está pasando algo).
Y el final... bueno, el final de la serie no es lo que esperas. Es más raro, más twisted, más Pretty Little Liars de lo que puedes imaginar. Porque cuando piensas que la serie no puede ir más lejos, te demuestra que sí puede.
¿Mi consejo? Mírala con atención. Disfruta los detalles, leé entre líneas. Porque Pretty Little Liars no es solo una serie para adolescentes. Es un cuento de hadas torcido, un thriller disfrazado de novela romántica, un espejo de nuestras propias mentiras y terrores.
Y si te sientes observado u observada mientras la ves... quizás sea porque lo estás.
Después de todo, alguien siempre está mirando y no solo en Rosewood, tambien en todas partes.
XOXO
–D–