Siguiendo con mis reseñas de telefilmes ahora es el turno de The House That Would Not Die, una joyita paranormal que empieza suave y termina fuerte.
Como conté en mi reseña de Home For The Holidays (o Acoso Homicida), los telefilmes de terror de antaño tienen algo especial, y The House That Would Not Die no es la excepción. Producida en 1970 por el legendario Aaron Spelling —ese tipo que fue el rey de la TV desde los 70s hasta los 2000s, responsable de iconos como Dynasty, Beverly Hills 90210 y Melrose Place— esta película es un claro ejemplo de por qué los telefilmes de esa época siguen siendo joyas para quienes amamos el género.
La historia mezcla suspenso con ese terror paranormal clásico de “casa embrujada por fantasmas vengativos”, pero no se queda solo en clichés. Las actuaciones están sólidas, la dirección mantiene el ritmo justo para que el suspenso crezca sin perder estilo, y el terror arranca suave, para ir subiendo hasta un clímax que te deja con ganas, pero satisfecho —sí, ese final feliz que no se siente forzado, sino bien merecido.
Lo genial de estos telefilmes es que, aunque ahora la GenZ y la Gen Alfa se acostumbraron a los producidos para streaming, que parecen películas de Hollywood, acá hay un aire único, un universo paralelo que hacía que estas historias tuvieran su propio encanto y personalidad.
Si te gustan las historias de fantasmas con estilo retro, The House That Would Not Die es una excelente parada para tu maratón de terror clásico.
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