Mi puntuación como fan del cine, no experto crítico:
☆☆☆1/2 ----- Muy buena--- 9/10) ------ Definitivamente digna de ver.
¡Vaya, vaya! Killer Ending es uno de esos telefilmes que sabes exactamente lo que vas a obtener, pero de alguna manera te engancha más de lo que esperabas, y eso, amigos, es magia de la serie B. Protagonizado por la siempre intensa y carismática Emmanuelle Vaugier (sí, la misma que vimos en My Mother's Stalker estrenada en TV y Streaming 3 años despues en 2021), este thriller de suspenso psicológico tiene ese toque kitsch tan delicioso que es casi imposible no disfrutarlo, aunque sea un poquito por morbo.
Si My Mother's Stalker jugaba con comedia estilo sitcom mezclada con gran thriller, melodrama e incluso algo de terror y acción, Killer Ending se sumerge de lleno en el territorio del suspenso clásico con algo de terror psicológico, pero no te confundas: tiene una vibra de esas películas de serie B de los años 80, aunque con una estética más pulida y, en algunos momentos, hasta elegante. Sin embargo, hay momentos en los que se nota que el presupuesto no es el de un blockbuster, y se siente un poco la diferencia en la calidad de la imagen y la producción. Pero, al igual que en una fiesta de disfraces, esa "imperfección" solo agrega al encanto.
El guion, si bien tiene su toque de absurdo (como esas tramas que parecen sacadas de una novela barata de pulp fiction), es increíblemente entretenido y, lo mejor de todo, no pierde su ritmo. Si bien la historia se desarrolla en un tono bastante serio de thriller psicológico, la gran sorpresa llega cuando el killer ending (como bien dice el título) se revela. Y, sinceramente, ¡es tan buen giro! No es el tipo de giro que te deja sin palabras como el final de El Sexto Sentido o Los Otros, pero es lo suficientemente ingenioso y gracioso como para que te dé esa sonrisa de complicidad. En el fondo, parece que el filme, sin querer, se autoparodia con ese desenlace, casi como un guiño cómplice a los fans del género.
El final no solo es un homenaje a las clásicas películas de suspenso con "finales inesperados", sino que parece decirte: "Sí, sabes que esto es una película barata, pero... ¿por qué no disfrutarlo?". Y ahí está la magia: no es una obra maestra, no tiene los giros más impactantes, pero tiene esa chispa juguetona que te mantiene entretenido, como si estuvieras viendo un thriller de los 80s que pasaban viernes o sábado a la medianche con más presupuesto pero sin perder la esencia bizarra de los originales.
El filme cuenta con la dirección de Christie Will Wolf quien hizo antes suspenso y comedias romanticas navideñas. Christie Will Wolf sabe cómo jugar con los elementos del género sin tomárselo demasiado en serio, y eso es lo que hace que Killer Ending sea tan disfrutable. Claro, no estamos hablando de El Silencio de los Inocentes ni de una obra de Hitchcock, pero la directora del filme logra mantener el suspenso y el terror psicológico de forma efectiva y entretenida, sin irse demasiado por el camino del cliché o la exageración.
La actuación de Vaugier es, como siempre, sólida. Ella se mueve con confianza entre los momentos tensos y los más absurdos de la trama, sin perder nunca el ritmo. A su lado, Chelsea Hobbs, quien interpreta a la sorprendente villana principal, da una actuación competente, aunque no se acerca a los niveles de maldad que uno podría esperar de una antagonista de este tipo. Aún así, hay algo en su presencia que aporta a la atmósfera del filme.
¿Es un gran clásico del cine de suspenso? No. ¿Es un filme de culto que vamos a recordar dentro de 20 años? Probablemente no. Pero Killer Ending tiene algo que muchos otros telefilmes de suspenso no tienen: personalidad. Y eso es lo que lo hace muy buena, sin llegar a la excelencia. Es un juego entre lo serio y lo ridículo, lo que hace que todo se vuelva más divertido de lo que inicialmente parece.
En conclusión, si estás buscando algo de suspenso psicológico que no te haga pensar demasiado, pero que te mantenga interesado con un final sorprendentemente tonto y entretenido, Killer Ending tiene lo que necesitas. Es como una película de serie B que, sin quererlo, se toma demasiado en serio por ratos para lo que realmente es… y eso es lo que la hace tan encantadora. Y, como siempre, no olvides: el final es un killer… de esos que te dejan riendo en medio de los créditos finales.



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