Mi puntuación como fan del cine (no experto crítico):
☆☆☆ — Buena — 8/10 — Digna de ver.
Hay algo curioso que me pasó hace unos días en Instagram: una página especializada en cine —de esas que se creen la Embajada Mundial de la Opinión Correcta™— publicó un par de posts donde, muy sofisticadamente pero igual de directo que un portazo, básicamente decían que, si no has trabajado en una película no tienes derecho a opinar sobre ella. Y que la crítica de cine “no sirve” porque suele basarse en gustos personales y no en objetividad.
Lo leí… y me quedé pensando.
Porque en mi caso —y en este blog— yo SIEMPRE he dicho que no soy crítico profesional, solo un fan armado con teclado y demasiadas horas de cine encima. Aun así, aquí tengo reseñadas películas que la crítica especializada ha despedazado como si fueran pecado capital… y para mí van desde “buenas” hasta “excelentes”. Incluso hay un par que considero perfectas y que el mundo califica de mediocres sin piedad.
Entonces esas publicaciones en Instagram me dejaron las dudas:
¿Se referían a “ignorantes felices” como yo, que amamos películas imperfectas?
¿O se referían a los críticos profesionales que desprecian cualquier filme popular solo porque no ganó Oscars?
Filosofé un rato, pero no comenté nada —para qué, si esas páginas nunca responden y uno queda haciendo el ridículo—. Pero traigo todo esto a colación porque, una vez más, voy a defender una película que estoy seguro la crítica especializada considera mala. Y lo entiendo: Restricted Area tiene carencias técnicas, diálogos que a veces parecen escritos durante una desvelada y un evidente afán de ser rentable más que artística.
Pero… me gustó. Bastante.
Estoy hablando de Restricted Area / Área Restringida (2019) una producción bastante modesta, hecha para video y streaming, dirigida por Christopher Don(un joven productor, director y escritor de cine de serie B). Y como buen artesano del cine B con saber que hacer entre monstruos de goma, explosiones baratas y thrillers económicos, Christopher Don entrega exactamente lo que promete: terror, thriller de horror y supervivencia sin pretensiones, con ese sabor casero que solo el low-budget bien intencionado puede lograr.
La película presenta a un grupo de hombres jóvenes que, despues de ser despedidos de la fabrica de su pueblo, entran en un área de cabañas abandonada donde opera una secta psicótica de asesinos ecologicos. ¿Original? No mucho. ¿Efectiva? Sí. Porque Don usa la escasez de presupuesto como excusa para encerrar a todos en un ambiente claustrofóbico que mezcla campos rurales de las afueras del pueblo, cabañas, gente amenazante de un culto con y sin mascaras y oscuridad… y allí, entre sombras e incertidumbre, empieza la cacería.
El reparto —, , , — no es precisamente Hollywood, pero cumplen su función con entrega: gritos, correr, sufrir, morir, repetir. Lo típico del subgénero, sí, pero se sienten comprometidos, como si estuvieran felices de hacer cine aunque sea con dólares contados. Y eso… se agradece.
Técnicamente, la película tiene fallas: iluminación irregular, actuaciones que por ratos parecen ensayo, música que invade demasiado, efectos prácticos limitados. Pero aquí viene lo mejor: en medio de todo ese caos, hay una energía pulp fiction encantadora. Se nota el amor por el cine de videoclub, por esas cintas que antes alquilábamos sin saber nada y que terminaban siendo pequeñas sorpresas sangrientas.
La historia avanza rápido, sin rodeos, aunque con notable torpeza a veces, al mejor estilo de Edward D. Wood Jr. (Ed Wood). No intenta parecer más profunda de lo que es. Y eso —para mí— ya la pone varios pasos adelante de producciones “serias” que se tropiezan intentando ser filosóficas.
Sobre taquilla… bueno, Restricted Area prácticamente por lo que averigue en internet parece que no tuvo estreno comercial en cines, como la mayoría de las producciones de este tipo; su recorrido fue y ha sido en VOD, streaming y venta digital. Pero las cifras no determinan el valor emocional de una película. A veces el cine barato entretiene más que el cine caro, y esta es una muestra.
Así que sí: tal vez soy “ese tipo de ignorante” del que hablaban en Instagram, el que goza una película que ellos descartarían en tres segundos, o que le desagradaria otra que ellos elevan a niveles muy artisticos. Pero ¿sabés qué? Prefiero seguir ignorante, feliz y maratoneando películas como esta.
Porque Restricted Area, con todos sus defectos, me entretuvo todo el tiempo. Me atrapó. Me dio lo que buscaba: sustos, tensión ligera, violencia artesanal y un final que, aunque impredecible pero simplón, funciona. Sin duda recomendada para amantes del terror serie B que no necesitan efectos de millones para pasarla bien.
Y te voy a decir algo que todavía no entiendo del todo: ¿por qué me gustó esta película mas de lo que pensé cuando supe de ella? Porque, siendo sinceros, Restricted Area es lo que es —una producción muy modesta, con fallas técnicas de novato que tampoco son la muerte— y aun así tiene una vibra rara, una fuerza peculiar en la dirección y esa premisa de secta eco-terrorista slasher que simplemente funciona más de lo que debería. Y aquí va mi otro misterio personal: el actor Randy Wayne, que en esta película aparece casi como secundario-extra, se roba cada escena donde aparece. Fue la única actuación que realmente me encantó, y gracias a este filme me volví fan suyo… sí, y de su participación en una película que nadie parece que defendía. Y actualmente Wayne es un actor con prestigio en películas independientes más serias aunque dentro de lo comercial siempre.
Pero lo más divertido: todavía no entiendo por qué Robert Don, el notablemente guapo y atlético hermano del director y ex militar y ex modelo, y que es uno de los protagonistas, NO aparece su nombre en los afiches recientes del filme en internet… ¡pero el nombre de Randy Wayne sí! ¡Como si Wayne fuera protagonista! Qué descaro tan delicioso y mercantilista, jajajaja. Tenía que ser una jugada digna de un director serie B de Estados Unidos. Astucia de videoclub clásico, y yo feliz cayendo redondo.
Y si a alguien no le parece válida mi opinión… ni modo: Este blog siempre ha sido para disfrutar o no del cine, no para pedir permiso para hacerlo.


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