Mi puntuación como fan del cine (no experto crítico):
☆☆☆☆ — Perfecta — 10/10 — No te la pierdas.
Hush es uno de los slashers y thrillers psicológicos más geniales que he visto. Y lo digo sin miedo: es perfecta. La tensión no para, el suspenso y la violencia son implacables, y el hecho de que la heroína —una escritora sordomuda— sea la víctima principal le da un toque más brutal, más perverso, más maldito a toda la atmósfera. Me recordó de inmediato a Wait Until Dark (1967), aquel clásico con Audrey Hepburn como una mujer ciega enfrentando a un psicópata. Pero Hush lleva esa premisa al siglo XXI con una crudeza que no pide permiso.
Dirigida y editada por Mike Flanagan —sí, el mismo de Gerald’s Game, Doctor Sleep y Midnight Mass—, esta película es una clase magistral de cómo hacer terror con pocos elementos y mucha inteligencia. Flanagan coescribió el guion junto a Kate Siegel, quien además interpreta a Maddie Young, la protagonista. Y aquí hay que hacer una pausa: Siegel no solo actúa, sino que encarna con una entrega feroz a una mujer que ha perdido el habla y la audición tras una meningitis infantil, y que ahora vive aislada en una cabaña en el bosque, tratando de escribir su próxima novela. Su personaje no es una víctima pasiva, sino una guerrera silenciosa que se enfrenta al horror con ingenio y coraje.
La película dura apenas 81 minutos, pero cada uno está cargado de tensión. El asesino —interpretado por John Gallagher Jr.— aparece primero como una figura enmascarada con una ballesta, pero luego, en un giro brillante, se quita la máscara y revela su rostro: el típico “chico de al lado”, con cara amable, casi angelical. Y eso lo hace aún más aterrador. Porque no necesita gruñir ni gritar para transmitir maldad. Su silencio, sus gestos, su mirada, lo dicen todo. Gallagher Jr., que venía de 10 Cloverfield Lane y The Newsroom, demuestra aquí que puede ser tan encantador como sádico, y eso es un combo que da escalofríos.
La fotografía de James Kniest —colaborador habitual de Flanagan— aprovecha al máximo los espacios cerrados, los reflejos, las sombras. El diseño sonoro, a cargo de The Newton Brothers, juega con el contraste entre el silencio de Maddie y los ruidos del entorno, creando una experiencia sensorial que te mete en su piel. Y eso es lo que hace que Hush no sea solo un slasher más: es una inmersión en el miedo desde la perspectiva de alguien que no puede gritar, ni oír, ni pedir ayuda.
La película fue producida por Blumhouse Productions e Intrepid Pictures, con un presupuesto modesto de apenas 1 millón de dólares. Se estrenó en el festival SXSW en marzo de 2016 y luego fue distribuida por Netflix en abril del mismo año. Aunque no tuvo taquilla tradicional, su impacto fue inmediato: se convirtió en un fenómeno de culto entre los fans del terror inteligente. Fue tan influyente que inspiró dos remakes en India: Khamoshi (2019) en hindi y Kolaiyuthir Kaalam (2019) en tamil.
Hush es una joya del terror moderno. Minimalista, brutal, emocional. Una película que demuestra que no se necesita un ejército de efectos especiales ni litros de sangre para provocar miedo real. Solo se necesita una buena historia, una protagonista que te importe, y un villano que te haga dudar de todos los rostros amables que ves en la calle.
Y sí, ese rostro de “chico de al lado” aunque un tanto malicioso que esconde un asesino sin alma… eso es lo que me perseguirá por mucho tiempo.





