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miércoles, 3 de septiembre de 2025

Titanic (1997).

Mi puntuación como fan del cine, no experto crítico:

 ☆☆☆☆ ----- Excelente -----10/10) ------ No te la pierdas.


¡Wow! Llevo años queriendo hacer una reseña de Titanic, esa epopeya romántica, melodramática y de aventura trágica basadisíma en hechos reales de 195 minutos que James Cameron estrenó el 19 de diciembre de 1997. Con un presupuesto estimado en 200 millones de dólares, Cameron no solo firmó dirección y guion, sino también coeditó la película junto a Conrad Buff IV y Richard A. Harris. Y claro, la partitura majestuosa de James Horner corona cada escena con la intensidad justa.


Recuerdo perfecto esa noche de sábado en la semana de estreno, allá en Panamá en pleno diciembre ’97. Mi amiga de la universidad, Jeannette, y su prima se unieron a mí en aquella sala abarrotada. En ese entonces yo llevaba ya más de 3 años siendo cinefilo (1994... a mis 16 años... gracias a Pulp Fiction / Tiempos Violentos ), pero nada me había preparado para lo que iba a vivir. Fue al comenzar a hundirse el barco y todo lo que vino inmediatamente —entre el portentoso diseño de producción de Peter Lamont y la magnífica fotografía de Russell Carpenter— que comprendí la grandeza del filme.


La química de Leonardo DiCaprio y Kate Winslet como Jack Dawson y Rose DeWitt Bukater no es casualidad: entre secuencias de opulencia de primera clase y el caos de la tercera clase, surge un romance que homenajea a las víctimas de un error empresarial descomunal. Porque Titanic no es solo un melodrama: es la cumbre del blockbuster, una crítica al capitalismo salvaje y una oda a la resistencia humana, encabezada además por un reparto de lujo donde brillan el guapísimo Billy Zane, las veteranas Kathy Bates, Gloria Stuart y el siempre modestamente carismático Bill Paxton.


Cuando salimos de la sala ya entrada la noche, supe que habíamos sido testigos de historia pura. Era el mismo furor que desató Star Wars o El Exorcista en su época. No era solo un estreno: era un evento cultural que, en su primer paso por taquilla, acumuló 1 mil 843 millones de dólares en todo el mundo; y luego, con su reestreno de 2012, superó los 2 mil 264 millones, coronándose como el mayor éxito financiero de la historia hasta ese momento.


Volví a verla tres veces más en los siguientes seis meses. Normalmente en Panamá sólo de 1 a 6 semanas duraban en cartelera las peliculas, dependiendo de su éxito, pero no ésta que duró poco mas de medio año en cartelera. Y cada proyección amplificaba mi fascinación por el alarde técnico —el CGI y efectos prácticos y artesanales impecables que recrean el hundimiento, además del vestuario impecable de Deborah Lynn Scott— y por esa enorme capacidad de emocionar sin concesiones. Fue así como Titanic se convirtió en el mejor blockbuster que mis ojos han visto y en uno de los recuerdos más intensos que guardo de mi amistad con Jeannette.


Algún día nos volveremos a encontrar, Jeannette Miller, ya sea en esta vida o en la otra. Y sí... ese soy yo también: un drama king sentimental dispuesto a rendirle culto a las historias que laten con la fuerza de un iceberg chocando contra el imperio del cual pese a todo somos gozosos amantes además de críticos. 




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