Mi puntuación como fan del cine (no experto crítico):
☆☆☆1/2 — Muy buena — 9/10 — Definitivamente digna de ver.
Wow!! ¡cómo tenía ganas de ver Silent Night / Venganza Silenciosa! Una película de acción navideña que marca el regreso de John Woo al cine estadounidense después de décadas. La vi la semana pasada en Amazon Prime Video —mi único streaming pagado cada mes en mi presupuesto — y vaya que me dio más de lo esperado por esos cinco dólares que me cobra cada mes.
Lo que me fascinó del filme (y lo que lo vuelve de los que vale la pena hablar) es esta apuesta casi experimental: no hay un solo diálogo hablado entre los personajes principales, solo sonido ambiental, disparos, motores, explosiones, ruido y voces de radio en un par de escenas… Pero ningún diálogo clásico. No es cine mudo, es cine sin guion hablado. Una historia contada a golpes, disparos y miradas. Nunca había visto algo así y eso —para bien o para mal— le da una originalidad casi radical.
La trama: un padre, Brian Godlock (interpretado por Joel Kinnaman), ve morir a su pequeño hijo en un día de Nochebuena, víctima de un tiroteo entre pandillas. Herido gravemente, queda sin voz. Un año después, convertido en una máquina de venganza, decide cazar a todos los responsables. Esa premisa de pérdida, dolor y justicia cruda, funciona como motor.
Técnicamente, la película viene bien armada. Woo —ese maestro del “heroic bloodshed” que revoluciona balas y palomas, honor y violencia estilizada— vuelve a demostrar que su lenguaje visual es potente: cámaras que acarician la violencia, encuadres compuestos como cuadros de minimalistismo sangriento, ritmo vertiginoso en secuencias de acción. La fotografía de Sharone Meir y la edición de Zach Staenberg logran que cada estampida de plomo, cada persecución o cada explosión no sea solo ruido, sea experiencia visceral. La música de Marco Beltrami ayuda a crear atmósferas densas, tensas, casi musicales en su violencia.
El reparto secundario —con nombres como Kid Cudi, Catalina Sandino Moreno, Harold Torres— aporta diversidad y tonalidades al relato. Cada personaje tiene su peso en la narrativa de violencia, redención o fatalidad.
Ahora bien: no todo brilla para mí en este filme. Hay escenas —sobre todo las del tramo final, las que intentan mezclar romance, traición y confrontación navideña— que se sienten acartonadas, con villanos dibujados en demasía (sonrisas cínicas, miradas frías, bailes lindos de vals en medio del caos), tanto que te sacan del enfoque brutal y te hacen poner cara de “WTF?” 😁. Esa teatralidad melodramática —tan típica del exceso de Woo cuando quiere ser estilizado— a veces choca con la crudeza que el resto del filme maneja con naturalidad.
Yo desde que vi mi primer película de John Woo alla por los inicios de los 2000s, Misión: Imposible 2, me di cuenta que si bien tiene este director un estilo de direccion de acción impresionante muchas de sus escenas me parecen como contenidas como si el mismo se frenara en escenas que comienzan muy contundentes pero que no se atreven a seguir asi y se vuelven algo un tanto trillado y hasta genérico, tal vez por miedo a volverlas extravagantes o caóticas, algo que para nada otros directores de Hong Kong hacen, como el fabuloso Tsui Hark y el genial Ringo Lam (R.I.P) con sus estilos de direccion frenética, atmosferica y estilizada.
Y otro defecto: lo navideño se siente de fondo, es casi un disfraz. La historia podría pasar cualquier noche, en cualquier ciudad, con cualquier familia. La Navidad se usa de adorno moral, no de contexto real. Así que ese sentimiento cálido, festivo, de “redención navideña”… casi ni se nota.
En cuanto a su rendimiento en taquilla, Silent Night definitivamente no fue un blockbuster. Producción estadounidense-mexicana pero 100% Hollywood, estrenada el 1 de diciembre de 2023, con una recaudación global cercana a US$ 11.1 millones y con un presupuesto de US$ 10 millones. Los números no sorprenden: una acción cruda, dirigida por un viejo maestro de cine de acción hongkongnes, sin diálogos, sin romance dulce —un experimento —.
La crítica estuvo dividida. Algunos lo celebraron como “uno de los filmes más cinematográficos del año”, aplaudiendo que Woo demuestre que en el cine de acción la imagen puede contar más que las palabras. Otros lo señalaron como una idea extraña: dicen que la falta de diálogo convierte en mecánica lo que debería ser emocional, y que la violencia, aunque estilizada, se siente vacía, sin redención ni inspiración real.
Silent Night no es para puristas, ni para quienes buscan consuelo navideño. Es para los que aman lo áspero, lo brutal, lo que no quiere ser bonito. Es un regalo navideño un tanto engañoso con balas, humo y mucho silencio verbal.

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