Mi puntuación como fan del cine (no experto crítico):
☆☆☆1/2 — Muy buena — 9/10 — Definitivamente digna de ver.
Hay películas que te atrapan desde su primer fotograma, y The Stepfather / El Padrastro es una de esas joyas que, a pesar de no ser considerada una obra maestra por la crítica convencional, se impone como un thriller psicológico perturbador, rodeado de una atmósfera tan densa y escalofriante que te deja con la sensación de haber presenciado algo sumamente insano, pero imposible de apartar la vista. Si bien la película podría fácilmente encajar dentro del subgénero slasher de los 80, es mucho más que eso. Es un retrato del caos, del desajuste mental que se esconde tras la fachada de lo cotidiano, algo tan visceralmente horrendo que parece una distorsión del sueño americano.
La película se abre con una de las secuencias más sencillamente espantosas que he visto en una película de terror. Sin adornos ni grandes efectos, el director Joseph Ruben logra lo que pocos en este género: una introducción visceralmente efectiva que no necesita de sangre a raudales para darnos una idea del terror que se avecina. Todo empieza con una escena de un tipo (interpretado por Terry O'Quinn) que, tras masacrar a una familia, limpia y ordena la casa antes de salir por la puerta, sin prisa pero con una calma escalofriante, como si nada hubiera ocurrido. El asesino no es un monstruo sobrenatural ni un "villano" ambiguo; es alguien muy humano, y es precisamente esa banalidad lo que lo convierte en un ser aún más aterrador.
Desde el primer minuto sabemos quién es el culpable, lo que, lejos de restar tensión, agrega una capa extra de incomodidad: el verdadero terror no reside en descubrir al asesino, sino en comprender el horror que se esconde detrás de su fachada de "hombre perfecto". Este es el tipo de película slasher que no solo nos muestra sangre y vísceras, sino que nos invita a adentrarnos en una mente perturbada, a seguir de cerca los pensamientos de un hombre que parece tener una vida normal y hasta entrañable, pero que en realidad está desquiciado, un peligro latente en la vida cotidiana de cualquier familia suburbana. Solo ya cerca del final me parece la pelicula se tambalea entre lo superficial y efectista.
Terry O'Quinn, conocido por sus papeles posteriores en series como Lost, ofrece una actuación memorable que se ha ganado su lugar como uno de los villanos más perturbadores del cine de terror. Su interpretación del padrastro de familia perfecta que se transforma en un asesino despiadado es tan calmada y meticulosamente controlada que, incluso cuando la violencia se desata en pantalla, uno no puede dejar de sentir que esa calma es aún más inquietante que el propio acto de matar.
El guion, escrito por Donald E. Westlake, no se conforma con lo superficial. Si bien The Stepfather puede ser vista como una película serie B, no cabe duda de que está hecha con una visión clara, y se siente más elevada que la típica película de terror de bajo presupuesto de los 80. Es un híbrido entre un slasher y un thriller psicológico que explora el vacío emocional de una familia aparentemente perfecta, pero fracturada por un hombre que, al igual que cualquier otro "padre", pretende encajar en su rol, pero en el fondo no es más que una bomba de tiempo. Este es un slasher que no se limita a las muertes; se dedica a desmenuzar el daño psicológico de sus personajes, especialmente el de la hija de la familia, interpretada por Jill Schoelen, quien comienza a sospechar de las intenciones de su padrastro.
La película también juega con una estructura de tensión constante, donde las pequeñas interacciones familiares se convierten en situaciones peligrosas y llenas de suspenso, especialmente cuando el personaje de O'Quinn empieza a mostrar pequeñas grietas en su fachada de "padre perfecto". Esto se ve en cada conversación, en cada mirada, en cada escena donde el "padre" intenta mantener la calma mientras la máscara de su cordura comienza a caerse.
En cuanto a su recepción crítica, The Stepfather fue relativamente bien recibida en su estreno, especialmente por su enfoque más psicológico y menos gore que el resto de las películas de terror de la época. A pesar de estar enmarcada como una película serie B, muchos críticos destacaron la capacidad del filme para mezclar el thriller psicológico con los elementos clásicos del slasher, lo que lo convirtió en un título de culto en los años posteriores. A nivel de taquilla, el filme no fue un gran éxito en su estreno, pero con el tiempo ha ido ganando una base de seguidores leales que lo consideran uno de los mejores ejemplos de terror psicológico de los años 80.
Lo fascinante de The Stepfather es que, aunque nunca llegó a ser un éxito de taquilla como otros títulos de terror contemporáneos, con el paso de los años ha mantenido su relevancia gracias a su potente atmósfera y su enfoque psicológico, que sigue resonando con nuevas generaciones de espectadores. En la actualidad, The Stepfather está disponible en varias plataformas de streaming, como Shudder y Amazon Prime Video, lo que la hace accesible para aquellos que busquen una experiencia de terror más cerebral y perturbadora, alejada del exceso de efectos y sangre que caracteriza muchas películas del género.
Lo que más inquieta de The Stepfather es precisamente lo que la hace tan efectiva: un hombre normal, dentro de una familia normal, que esconde una monstruosidad tan profunda que la propia estructura familiar no puede soportarla. A medida que avanza la película, el espectador no solo es testigo de la violencia física, sino también de la psicosis que consume al personaje de O'Quinn. Al final, uno se queda con la sensación de que el verdadero terror no está en las muertes, sino en la idea de que cualquier ser humano puede llegar a perder el control, y peor aún, puede ser uno de los nuestros.

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