Mi puntuación como fan del cine (no experto crítico):
☆☆☆ — Buena — 8/10 — Digna de ver.
Ok, este filme lo vi este mes, hace unos días en una plataforma de streaming, es un filme de cine independiente que se eleva un poco más que el promedio de serie B — de hecho raya un poco en lo que llaman elevated horror — pero no llega a tanto, aunque el giro final es muy sorprendente (y frustrante si esperabas que el bien ganara). Lo genial es que en el filme nada es lo que parece, y hasta los últimos minutos te das cuenta de eso cuando llega el giro…
Dirigida por Stephan Rick, escrita por John J. McLaughlin y con una duración de 90 minutos, fue un increíble fracaso aun para su bajo presupuesto que fue de unos US$2.3 millones y la taquilla mundial apenas rondó los US$19,000.
O sea: no es un blockbuster ni de lejos, ni pretendía serlo, pero esperaba ser algo que al menos dejara huella.
También fue de las últimas películas que el entrañable y difunto Val Kilmer hizo antes de ya no poder actuar por su enfermedad. La peli es estadounidense pero tiene un toque que parece británico; de hecho, como yo la vi sin saber nada de nada de ella, y cuando pasó por los cines hace 8 años ni me enteré, y la vi doblada al español, pues yo pensé que era británica hasta que vi que está ambientada en Nueva York, y después vi que efectivamente es una producción de EE.UU.
Actoralmente: Kilmer interpreta al misterioso Walter, majestuosamente dentro de lo posible, y el protagonista el “super”, el conserje, es Patrick Flueger como Phil Lodge, con una mesurada y correcta actuación.
Kilmer se esfuerza, y por ratos se hace notar y roba cámara pero la estructura del guion lo deja medio a la deriva.
Una buena película pero más cerca de simplemente bueno que de muy bueno y definitivamente lejos de excelente.
Sí: cumple bastantes cosas — ambiente opresivo, buena premisa, ese “todo puede no ser lo que parece” que me atrapó — pero le faltan en mi opinión cohesión, profundidad real, y un pulido que la catapulte.
Por ejemplo: el tono británico pseudo-gótico me parece un intento interesante, pero la ambientación neoyorquina queda ahí, sin explotar del todo; la tensión sube, se acumula, pero llega un momento en que el ritmo tropieza.
Y ese giro final del que hablaba: wow, te lo plantan… pero también te lo meten con calzador, y se siente más un “a ver, sorprendámos al público” que un desenlace orgánico desarrollado totalmente ganado.
En lo técnico: la fotografía con relación de aspecto 2.39:1 le da ese aire de cine más “elevado”. Sus efectos o ambientación de horror sobrenatural no reinventan la rueda, pero para un presupuesto modesto se defienden.
En lo de actores: como dije, Flueger mantiene bien el peso de protagonista, pero los secundarios, excepto Val que es casi co-protagonista, y el desarrollo de personajes no tienen tanta consistencia como uno esperaría para que el giro final cale con más fuerza.
En resumen: si estás buscando una película de horror independiente que no sea la misma cuestión pretensiosa de siempre, The Super merece un vistazo. Pero no la reserves como obra maestra ni esperes un final que te deje boquiabierto de admiración — más bien te dejará boquiabierto preguntando “¿Eh?”

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